¿Sabes dónde está el estómago? El estómago se encuentra en el área abdominal debajo de las costillas del lado izquierdo. En este artículo te explicamos con exactitud dónde está el estómago, para qué sirve, y cuáles son las enfermedades más frecuentes que padece.
Nuestro sistema digestivo está compuesto de una serie de órganos huecos por donde pasan los alimentos en un largo recorrido de varios metros de distancia. El estómago es parte del recorrido, la primera parada del viaje, en la cual los alimentos se mezclan con jugos gástricos antes de seguir al siguiente órgano.
El estómago es vital para la digestión, pero también cumple funciones inmunológicas y está relacionado con el control del apetito pues está asociado a una serie de nervios especializados que no se encuentran en ninguna otra parte del tubo digestivo.
El estómago está situado en el área abdominal, justamente por debajo de las costillas del lado izquierdo. Se encuentra por debajo de un gran músculo llamado diafragma, justo debajo de los pulmones y el corazón, y está en contacto con el páncreas, el hígado, el bazo y el colon.
Parte del estómago también está cubierto por la parrilla costal, y su localización también depende de su volumen, ya que puede aumentar mucho cuando está lleno. El estómago se asemeja a un saco vacío, con una pared compuesta de varias capas musculares que se mueven con fuerza para mezclar bien los alimentos antes de pasar hacia el duodeno.
Tiene en ambos extremos una zona más estrecha, la de arriba llamada cardias, la de abajo llamada píloro. Ambas son músculos circulares llamados esfínteres, los cuales se abren o se cierran según sea necesario.
¿Para qué sirve el estómago? El estómago y sus múltiples funciones
Una vez ya sabemos dónde se encuentra el estómago es interesante conocer también cuáles son sus funciones.
La principal función del estómago es servir como uno de los principales órganos de la digestión. La saliva, el jugo pancreático, y otras secreciones del tubo digestivo ayudan a la digestión, pero el estómago tiene ácidos y fuertes enzimas que son muy importantes para absorber los nutrientes de los alimentos.
Los alimentos tienen largas cadenas de nutrientes formando enormes compuestos moleculares que de ninguna manera podrían ser absorbidos. El jugo gástrico y sus potentes enzimas se encargan de romper las cadenas de nutrientes en moléculas más pequeñas que el cuerpo puede transportar a la sangre.
Adicional a esta función, el estómago también tiene una capa de ácido que tiene funciones digestivas e inmunes al mismo tiempo. Aunque nos esforzamos por mantener limpios los alimentos que comemos, cada bocado contiene miles de bacterias diferentes.
Esas bacterias pasan por el esófago, y cuando llegan al estómago se encuentran con la primera línea de defensa. El ácido gástrico reduce al mínimo la cantidad de bacterias que ingerimos con los alimentos ya que la mayoría de ellas no resisten y son destruidas. Es por ello que decimos que constituye una defensa natural, y aunque se debe mantener en límites sanos, el ácido gástrico no es de ninguna forma nuestro enemigo.
Otra interesante función del estómago es el control del hambre y la saciedad. Más allá de avisarnos –o confirmarnos- que tenemos hambre, el estómago tiene también receptores que identifican cuando se encuentra distendido o lleno y lo informan al cerebro.
Se llaman mecanorreceptores, y detectan el estiramiento o el aumento de presión del estómago en presencia de alimentos. Al detectarlo, envían señales al cerebro para dar la señal de saciedad y permitir sentirnos satisfechos tras la comida.
Finalmente, a pesar de no ser un órgano destinado a la absorción por excelencia, el estómago también absorbe alimentos. Muchos nutrientes y muchos medicamentos no tienen que esperar una o dos horas hasta llegar a los intestinos para ser absorbidos. El estómago es capaz de absorberlos e incorporarlos a la sangre de una forma más rápida y directa.
Enfermedades frecuentes del estómago
Ya hemos visto dónde está el estómago y cuáles son sus funciones. Veamos ahora cuáles son las enfermedades más habituales del estómago.
Gastritis
Aunque es normal y saludable tener ácido gástrico, un exceso del mismo puede ocasionar problemas. La gastritis es una inflamación de la mucosa del estómago, y puede ser causada por tomar muchos medicamentos sin protector gástrico, el alcohol, y algunas infecciones.
La gastritis se siente como un dolor urente, similar a un fuego doloroso, ubicado en la parte superior del abdomen. Pueden darse vómitos, y en ocasiones puede simular el dolor de un infarto al miocardio.
Lejos de ser una enfermedad mortal, la gastritis es bastante común, y generalmente se mantiene bajo control mediante el uso de antiácidos, y en ocasiones algunos antibióticos.
Reflujo Gastroesofágico
Es una enfermedad asociada también con un aumento del ácido estomacal, en la que parte de este ácido asciende hacia el esófago y causa una irritación de la mucosa con dolor o ardor en el pecho, y sensación de sequedad o mal sabor en la boca.
Generalmente los síntomas aparecen después de comer, y empeoran al acostarse. El reflujo gastroesofágico puede ser sumamente peligroso si se mantiene por muchos años. Cuando la mucosa del esófago se expone muy constantemente al ácido, puede engrosarse y cambiar su configuración, causando problemas de deglución y a la larga cáncer de esófago.
Úlcera Péptica
Se trata de una herida en la mucosa del estómago, causada y empeorada por el ácido gástrico. Generalmente, la úlcera péptica no aparece solamente por un aumento del ácido gástrico sino por otros factores asociados como el uso indiscriminado de aspirina y otros antiinflamatorios, o la bacteria Helicobacter Pylori.
Se trata de una bacteria que tiene una defensa natural en contra del ácido del estómago, se alberga en la mucosa gástrica y causa daños que son empeorados por la acidez propia del estómago. Ante una úlcera péptica es muy importante buscar esta bacteria, ya que su permanencia en el estómago puede predisponer a cáncer de estómago.
Estenosis Pilórica
Muchos bebés son diagnosticados con estenosis pilórica y operados entre su nacimiento y los seis meses de edad. Se trata de un problema en el píloro, el esfínter que se encuentra en el extremo inferior del estómago.
El músculo se hace muy grueso y no permite que la comida salga del estómago y siga su camino hacia el intestino delgado. Al llenarse el estómago y no poderse vaciar, el bebé vomita con mucha frecuencia, puede deshidratarse y verse desnutrido.
Es una condición de salud que se debe atender de inmediato, y muchas veces puede ser la cirugía la única opción de tratamiento.